viernes, 12 de febrero de 2010

En el país de la piruleta y la casa de la gominola

¡¡¡El día amaneció radiante!!! Eran ya las 7:30, lejos ya de las 6 de la mañana en la que Nch1 quería levantarnos. "Al que madruga..." dijo, pero una vocecilla interior nos decía que las 6 era incluso demasiado pronto para Robert Crumb.

Un arcoíris de 17 colores, primos todos ellos del violeta, entraba por la ventana. Mari1, que por respeto a las canas (literalmente) tuvo que dormir encima (camastro colgante en un piso virtual superior con una simple sabana roída para entrar en calor), saludaba a los pajarillos y ardillas que se amontonaban en nuestra ventana. "tranquila Mari1, el año que viene vendrá algún novato al que podrás putear tu".

"Buenos días animalillos!"

Una ducha rápida en el cubículo futurista que hacía las veces de shower, y a desayunar. Recordaba a la ambientación de 2001 una odisea espacial.

¡Que rico todo! brioches preñados de pepitas de chocolate, café, baguettes, cereales, yogurt, queso, mermelada, zumos varios leche, compota de frutas, naranjas, mantequilla... Una lástima que el caviar fresco no estuviese a la altura... "uno de cada s'il vous plaît" en perfecto francés y una horda de camareros salía entre las cortinas del salón-restaurante a cumplir con su tarea y satisfacer nuestras necesidades.

Al ratito aparecieron los somnolientos hombres que faltaban. Parece ser que debido a un problema de mala insonorización Nch1 e Is1 pasaron mala noche... Lo siento, otra vez intentare roncar para otro lado. En ese momento todos nos preguntábamos... habrán llegado Mari2 & Mari3 al destino? pero aquella cuestión no nos quitaba el apetito. Según iba devorando mi tercer desayuno completo (había una chef francesa única y exclusivamente cocinando para mí), llegaron las dos hermanas, felices y radiantes. ¡Un día maravilloso! ¡El sol asoma por el horizonte y vamos camino Angouleme, la ciudad de nuestros sueños!

Y nos dirigimos hacia Angouleme.
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Cortinilla de estrellas -120km después-
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Después de un par de vueltas a la ciudad (no porque no pudiésemos aparcar, sino porque queríamos ahorrarnos el autobús turístico y echar un ojo a las carpas de forma global antes de comenzar a andar) dejamos el coche y nos encaminamos al ayuntamiento. Por el camino empezó a caer algodón de azúcar, precioso espectáculo natural único solo comparable con la ciclogénesis explosiva. Algodones del tamaño de manzanas caían sobre los paraguas. Notabas el peso acumulado y cosquillitas en las zapatillas. Gran acierto por mi parte llevar calzado ligero y traspirable (completamente permeable) para poder andar de un lado a otro sin las incomodidades propias de los zapatos. El frio y los calcetines mojados desde el momento 0,37 solo fueron una anécdota maravillosa en la ciudad de la golosina.


El ayuntamiento muy bonito, majestuoso frente al público entregado sobre una especie de espejo líquido en lo que se había convertido el suelo. Todo el mundo era feliz y sonreía, todo el mundo quería disfrutar del día maravilloso que nos ofrecía el país de la piruleta.

Avanzamos al Teatro después de dejar un mensaje a M&M (y esto sin querer...) porque seguían de visita turística por la ciudad montadas en su coche. Al final decidieron aparcar en frente de la catedral, les pareció más bonito. En el teatro dada nuestra solidaridad, nada más entrar cedimos los últimos asientos del espectáculo gratuito a dos parejas que ya lo habían visto pero que les apetecía ver el show una vez más, simplemente para poder descansar y dormir un poco en las butacas. Lo mismo nos ocurrió con el espectáculo de las 2. Compramos las entradas y justo después unos pobres visitantes, nativos de Angouleme que se sabían el show de memoria pero que les hacía ilusión verlo por 10 vez ese día, nos las pidieron muy amablemente y se las regalamos. Que no se diga que no dejamos el pabellón bien alto.


Y subimos a la exposición de comic underground-collage. Muy curioso cómo se habían hecho las tiras e ilustraciones a base de periódicos recortados. Desde allí fuimos al pabellón de editores independientes (donde también había fanzineros pero no me enteré hasta entrada la tarde) donde nos encontramos maravillosamente con M&M, ¡Éramos felices otra vez! y para compartir nuestra felicidad decidimos ir a contárselo a Frederic Peters.

En el conservatorio, una afición entregada hacía cola para poder entrar aunque debido al éxito de la anterior performance (habrá que discutir el significado de esta palabra, verdad?) no salía ni dios del recinto para dejar sitio (Sabéis que Alan Moore es omnipresente ¿verdad?). Pero como estábamos en edificio del azúcar, los astros se alinearon y 6 butacas se liberaron de la fila central del auditorio por arte de magia. El Karma existe.

Un simpático jovenzuelo se situaba en una mesa de dibujo. Decía llamarse Peters (yo dudaba entre Peter Sellers o Frederic Peters, me decanté por el segundo debido a que no le gustaba dibujar y hablar al mismo tiempo, El señor Sellers seguro que dibujaba con el pie izquierdo mientras hablaba) y trataba de terminar de entintar una viñeta. Pero había un mal espíritu a su alrededor... un hombre calvo con perilla no hacía más que interrumpirle con preguntas en un idioma extraño (¿por qué nadie me avisó de que en Francia se habla frances? hubiese dejado de lado las clases de swahili para aprender francés, aunque solo fuese por entender al pobre Peter Sellers...). Al final, el artista se mosqueó un poco y dejo de dibujar mientras discutía sobre el sexo de los ángeles con el calvo (o eso es lo que nos pareció a Nch1 y a mí, aunque algún otro asistente asentía con cara de interés).

Tras romperse la cabeza para entintar a un abuelete y media viñeta, terminó la charleta y Nch1 pudo bajar a pedirle un autógrafo. Un personaje a mis espaldas me pidió fotos del tío ¿? y por lo que le entendí lleva una web del artista (no sé si oficial o extraoficial) y prometí enviárselas a cambio de una visita del señorito a la tertulia de comic (el señorito Peter Sellers... o era Frederic Peters?). Quién sabe qué pasara...

A Nch1 no lo atendió, sino que lo citó a las 6 para una sesión privada de firmas, donde supuestamente iba a dedicar un mural completo a la biblioteca, pero por no abusar de las influencias recientemente obtenidas y para no herir a las gentes de buena cuna que allí se apelotonaban en busca de un simple garabato, decidimos otra vez, sin ninguna duda y con un espíritu totalmente altruista y solidario, ceder el tiempo que iba a emplear a todo el resto de visitantes. Eso sí, según salíamos por la puerta, Mari2 se le acercó para dejarle su número de teléfono sellado con un carmín colorado muy llamativo. El calvo le guiñó un ojo. Pero el calvo no es Peters... lo siento, aprende a dibujar y tal vez yo te guiñe el ojo en la siguiente visita.



De allí a un sitio para comer, ¿donde? asador, brasserie, italiano, asador vasco... Mejor un kebab... mmmm rico rico, y aquí otra vez se nos recompensó con Karma positivo. Un local con unas 6 u 8 mesas, lleno, donde no entendíamos muy bien qué era la carta... "¿Que significara esto?" y mientras hacíamos esperar a mucha gente, detrás de nosotros un joven muy atento en un castellano perfecto de Valladolid, nos explico paso a paso que era cada ingrediente. No, no era solidaridad, el tenía hambre.

¡¡¡¡Y libró una mesa!!!! Una pareja iba hacia ella, pero nos vieron al acecho y se dijeron, "practiquemos el slow food, vayamos a la mesa de dos, porque somos dos, y dejemos la mesa de 6 a estas simpáticas personas, que son 6" aunque la lógica es aplastante hay lugares que la lógica no se cumple. Angouleme no es uno de ellos. O tal vez pensaron... "Si nos sentamos aquí, el chungo este con cara de bruto igual nos revienta la cabeza con el dedo meñique". Después de Varios mercy, gracias, danke, arigato, eskerrikasko y de reverencias de 180 grados nos sentamos y disfrutamos de una rica comida.

De postre, el hombre de la caja guiñó un ojo a Mari1, esta le puso morritos, el se sonrojó, ella se ruborizó y al final nos invitó a las bebidas. Quién sabe qué podría hacer la cabecilla del comando con un par de pestañeos fugaces.

"Mañana del 30 de Enero del 2010"

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